martes, 8 de julio de 2008

Pasiones

La oportunidad de salir con una mina así no se te presenta todos los días, no la podés dejar pasar. Es como tener el campeonato al alcance de la mano y que se te escape; y cuando uno no sale campeón, el trofeo a la larga se lo lleva otro. Andá para adelante, mandá todo el equipo al ataque sin preocuparte por el contragolpe; si estás tan seguro que ella te dio calce, no tengas miedo.
La noche previa concentrás en tu casa para estar bien descansado. Una buena ducha, y con lo mejores botines y la mejor pilcha, la pasás a buscar por la vuelta de la casa. Ya sé que con el viejo alguna vez tuviste una agarrada y te sacó amarilla, pero la que quiere tumulto, según me dijiste, es ella, así que a quejarse al cuarto árbitro.
En serio, Marcelo, imaginate los comentarios en el barrio; salís en la tapa de todos los diarios: “El “Chelo” campeón de América”, porque más que campeonato local, levantarse a la Claudia es ganar la Libertadores. Desde el bar, vos sabés, la barra te va alentar; vamos a estar expectantes de enterarnos que hubo grito de gol. No seas pavote. Gambeteá tus inseguridades, tirale un caño a tus dudas y encará hasta el área rival; si las cosas son como vos decís, no podés perder.
Una vez que estés en la cancha, relajate, tampoco es cosa de quedar en offside, pero siempre mirando el arco de enfrente, con la valla contraria entre ceja y ceja, con un único objetivo: desparramar buen fútbol por todo ese campo de juego sin estrenar, que todavía no sabe de alegrías ni decepciones.
Nada de tirarle de la camiseta como un desesperado: un foul en mitad del partido te puede dejar sin posibilidades; tampoco es cosa de tirarse a los pies a los cinco minutos. Todo tiene que transcurrir naturalmente. Pelota debajo de la suela, con la mirada en alto y pases cortos. No te vas a bandear con un pelotazo largo; después, recuperar el terreno perdido es mucho más difícil.
Llamala al celular si tenés miedo de que la FIFA te atienda en la casa y te suspenda el partido de por vida. Paso a paso, amigo. Pensá cada jugada como si fuera la última. Este, quizás sea el encuentro más complicado de tu vida, pero el desafío lo hace también el más interesante.
Imaginate cada jugada de la previa y armá tu táctica para achicar el margen de error. Ahí, vas a estar sólo, vas a tener que tirar el centro y cabecear. Si jugás ese partido, disfrutalo, jugalo con los ojos bien abiertos; finales de esas no se juegan todos los días. Atacá en todo momento, pero tranquilo. Con tu experiencia el resultado se tiene que dar. Después, es como siempre: una vez que entra el primero, el resto de los goles llegan solos. Lo importante es superar esa defensa, que va a estar alerta a cualquier manotazo; sin embargo, los nervios que ella pueda tener, juegan a tu favor. Eso sí, el chamuyo es fundamental; tenés que hablarle los noventa minutos, no dejarla pensar. A ver si se acuerda que la hermana salió con vos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Adrian,muy buen trabajo,original,"Pasiones",me gustó mucho

Anónimo dijo...

BUENÍSIMO !!!

Otro gran relato de un señor relatador. ESTUPENDO.

Abrazo

Anónimo dijo...

Adrian, ¡me encantó! es super original, y ¡cómo está encarado! de todos toditos tus cuentos me parece el más creativo. te re felicito

Anónimo dijo...

Aunque sé poco de futbol creo que lo entendí, jaja, está bueno.

Anónimo dijo...

Adrián! muy buen relato, casi que vi el partido. bueno avisá cada vez que
tengas inspiraciones.
Gracias
Un Abrazo